En el vasto y rico tejido de tradiciones que rodean la Navidad, hay una planta que se destaca por su asociación con la Sagrada Familia durante su huida a Egipto: el romero. Este arbusto, con su característico aroma, se enlaza con lo divino a través de varias leyendas que han perdurado en el tiempo. Como escritor especializado en la Navidad para lawebdelanavidad.com, es fascinante descubrir y narrar cómo el romero se ha entrelazado con la travesía de la Sagrada Familia.
Una de las creencias más arraigadas sostiene que el romero nunca crecerá más alto que Cristo. Si la planta supera los 33 años, la edad en la que Jesús fue crucificado, en lugar de crecer hacia arriba, se expandirá hacia los lados. Esta antigua creencia parece evocar un respeto simbólico hacia la figura de Jesús, estableciendo una conexión mística entre lo terrenal y lo divino.
El color y la fragancia del romero también tienen un relato legendario relacionado con la Sagrada Familia. Se dice que en un descanso durante su huida a Egipto, María arrojó su manto azul sobre un matorral de romero, y en ese acto mágico, las flores, originalmente blancas, adoptaron un color azul y obtuvieron su característica fragancia. Esta leyenda parece reflejar cómo lo divino puede tocar y transformar lo terrenal, en este caso, a través del manto de María.
Existe una variante de esta leyenda, en la que durante un descanso en la huida, María lavó las ropas del niño Jesús y las tendió sobre un arbusto de romero para secarlas al sol. Como recompensa por este humilde servicio, se dice que Dios otorgó al romero sus delicadas flores azules, a juego con la túnica de María. El nombre en inglés de esta planta, rosemary, parece evocar esta narrativa, aunque etimológicamente, proviene del latín «ros marinus», que significa rocío del mar.
En español, el término romero también se utiliza para referirse a un peregrino que participa en una romería, a menudo en honor a la Virgen María. Aunque la etimología de la planta y del peregrino difieren, esta coincidencia lingüística parece añadir una capa adicional de conexión entre la planta, la peregrinación y lo divino.
A lo largo de los siglos, estas leyendas han fortalecido la asociación del romero con la Navidad, siendo una planta que simboliza la protección y la benevolencia divina en el camino arduo de la Sagrada Familia hacia Egipto. La tradición de incluir el romero en la celebración navideña continúa siendo una forma de recordar y honrar ese viaje sagrado y las bendiciones que trajo consigo. También nos recuerda la magia y el misticismo que envuelve la historia del nacimiento de Cristo, y cómo lo ordinario puede tocarse con lo extraordinario en el tejido de la fe y la tradición navideña.